SALUD - NUTRICIÓN

Una dieta correcta permite mantener el tejido cutáneo en un perfecto estado de salud. Se puede lograr también un claro rejuvenecimiento. No hay que olvidar que el ciclo vital de las células de la piel oscila en las personas entre los 13 y los 100 días. Su capacidad regenerativa es una de las más altas del organismo.
La piel recibe los nutrientes a través de la sangre. Son especialmente necesarias las proteínas, los ácidos grasos insaturados, las vitaminas A, B y C y los carotenos.
La piel está compuesta de dos capas, la dermis y la epidermis y son numerosas las proteínas que acoge. Estas proteínas se eliminan a través del proceso de descamación normal sin que puedan volverse a reciclar. Para su formación es necesario el suministro de nuevas proteínas que nos llegan por medio de una buena alimentación. Una dieta baja en proteínas es un factor de fragilidad y envejecimiento de la piel.
Los ácidos grasos juegan un papel fundamental en que la estructura de la piel permanezca integra, con buen metabolismo, mantenimiento del espesor e hidratación. Los ácidos de la familia Omega-6 los podemos encontrar en aguacates, aceitunas, legumbres, cereales integrales, germen de trigo y en el aceite de onagra o de borraja.
Vitaminas
La vitamina A es imprescindible para conseguir la integridad de los epitelios. Nos referimos tanto a la piel como a las mucosas interiores. Se la llama la vitamina anti infecciosa porque impide que los tejidos se agrieten. Es una barrera que dificulta la entrada de microorganismos infecciosos. Esta vitamina la podemos encontrar en los pescados blancos y azules.
Igual importancia tiene la vitamina C. Con el paso de los años se produce una disminución del colágeno del tejido cutáneo. El resultado es una pérdida de elasticidad y la llegada de las arrugas.
La vitamina C tiene un papel fundamental en la formación de colágeno. Es imprescindible por tanto el consumo diario de frutas y ensaladas como forma de mantener joven nuestra piel. Esta vitamina tiene además un destacado papel como antioxidante y protector de las células.
Si hablamos de la dermatitis, de la sequedad y de la mala regeneración de la piel, es imprescindible referirnos a las vitaminas del grupo B. Su presencia tiene una clara influencia en la superación de estos problemas. Se hace conveniente el consumo de cereales integrales, levaduras, germen de trigo y legumbres.
Es significativo que la leche materna contenga en grandes cantidades la vitamina A y es que las necesidades de esta vitamina se disparan durante la lactancia.
La naturaleza no se equivoca porque la vitamina A se hace imprescindible a cualquier edad y no sólo para los bebés.. Entre otras muchas cualidades, es muy útil para garantizar el buen estado de nuestra visión e imprescindible para el cuidado de la piel.
En el caso del tejido cutáneo, la vitamina A ayuda a la integridad de los epitelios, tanto de la piel como de las mucosas interiores. Se la ha llamado la vitamina antiinfecciosa porque mantiene la estructura de los tejidos y dificulta su deterioro. Es una barrera que obstaculiza la entrada de microorganismos.
Los carotenos
En el mundo vegetal podemos encontrar en abundancia los carotenos. Se trata de precursores de la vitamina A. Se presentan en alimentos de tono colorante, con tonos amarillos, anaranjados o verdosos. Los podemos consumir en grandes cantidades. Una parte de los carotenos que tomamos con los alimentos se transforman en vitamina A. Otra parte se almacena en nuestro tejido cutáneo y ejerce un papel protector. A la vez colorea la piel.
Donde encontrarla
Para acceder a la vitamina A se ha convertido ya en un tópico hablar de la zanahoria. Son absolutamente ciertas las propiedades de este vegetal, pero hay otros muchos productos con los que podemos disfrutar de la presencia de la vitamina A. Por ejemplo, los pescados, especialmente los azules.
Productos lácteos
Son muy útiles también los productos lácteos con toda su grasa o enriquecidos con la vitamina. También son convenientes frutas como los albaricoques y en general las que tienen su origen en el trópico.
Cuando se padecen problemas de impurezas en la piel es muy aconsejable una dieta diaria en la que figuren dosis abundantes de zanahorias, frutas tropicales, frutas de primavera, pepino y melón
La piel recibe los nutrientes a través de la sangre. Son especialmente necesarias las proteínas, los ácidos grasos insaturados, las vitaminas A, B y C y los carotenos.
La piel está compuesta de dos capas, la dermis y la epidermis y son numerosas las proteínas que acoge. Estas proteínas se eliminan a través del proceso de descamación normal sin que puedan volverse a reciclar. Para su formación es necesario el suministro de nuevas proteínas que nos llegan por medio de una buena alimentación. Una dieta baja en proteínas es un factor de fragilidad y envejecimiento de la piel.
Los ácidos grasos juegan un papel fundamental en que la estructura de la piel permanezca integra, con buen metabolismo, mantenimiento del espesor e hidratación. Los ácidos de la familia Omega-6 los podemos encontrar en aguacates, aceitunas, legumbres, cereales integrales, germen de trigo y en el aceite de onagra o de borraja.
Vitaminas
La vitamina A es imprescindible para conseguir la integridad de los epitelios. Nos referimos tanto a la piel como a las mucosas interiores. Se la llama la vitamina anti infecciosa porque impide que los tejidos se agrieten. Es una barrera que dificulta la entrada de microorganismos infecciosos. Esta vitamina la podemos encontrar en los pescados blancos y azules.
Igual importancia tiene la vitamina C. Con el paso de los años se produce una disminución del colágeno del tejido cutáneo. El resultado es una pérdida de elasticidad y la llegada de las arrugas.
La vitamina C tiene un papel fundamental en la formación de colágeno. Es imprescindible por tanto el consumo diario de frutas y ensaladas como forma de mantener joven nuestra piel. Esta vitamina tiene además un destacado papel como antioxidante y protector de las células.
Si hablamos de la dermatitis, de la sequedad y de la mala regeneración de la piel, es imprescindible referirnos a las vitaminas del grupo B. Su presencia tiene una clara influencia en la superación de estos problemas. Se hace conveniente el consumo de cereales integrales, levaduras, germen de trigo y legumbres.
Es significativo que la leche materna contenga en grandes cantidades la vitamina A y es que las necesidades de esta vitamina se disparan durante la lactancia.
La naturaleza no se equivoca porque la vitamina A se hace imprescindible a cualquier edad y no sólo para los bebés.. Entre otras muchas cualidades, es muy útil para garantizar el buen estado de nuestra visión e imprescindible para el cuidado de la piel.
En el caso del tejido cutáneo, la vitamina A ayuda a la integridad de los epitelios, tanto de la piel como de las mucosas interiores. Se la ha llamado la vitamina antiinfecciosa porque mantiene la estructura de los tejidos y dificulta su deterioro. Es una barrera que obstaculiza la entrada de microorganismos.
Los carotenos
En el mundo vegetal podemos encontrar en abundancia los carotenos. Se trata de precursores de la vitamina A. Se presentan en alimentos de tono colorante, con tonos amarillos, anaranjados o verdosos. Los podemos consumir en grandes cantidades. Una parte de los carotenos que tomamos con los alimentos se transforman en vitamina A. Otra parte se almacena en nuestro tejido cutáneo y ejerce un papel protector. A la vez colorea la piel.
Donde encontrarla
Para acceder a la vitamina A se ha convertido ya en un tópico hablar de la zanahoria. Son absolutamente ciertas las propiedades de este vegetal, pero hay otros muchos productos con los que podemos disfrutar de la presencia de la vitamina A. Por ejemplo, los pescados, especialmente los azules.
Productos lácteos
Son muy útiles también los productos lácteos con toda su grasa o enriquecidos con la vitamina. También son convenientes frutas como los albaricoques y en general las que tienen su origen en el trópico.
Cuando se padecen problemas de impurezas en la piel es muy aconsejable una dieta diaria en la que figuren dosis abundantes de zanahorias, frutas tropicales, frutas de primavera, pepino y melón